La libertad de prensa no puede ser negociada
La libertad de prensa es uno de los pilares fundamentales de cualquier democracia moderna. Es un derecho que permite a los ciudadanos estar informados sobre los acontecimientos políticos, económicos, sociales, culturales y deportivos que suceden en su país y en el mundo. Es una herramienta que permite a los periodistas investigar, reportar y difundir información sin temor a represalias. Es una garantía que protege a las personas de la censura y la manipulación informativa. Pero esta libertad no puede ser negociada.
En algunos países el acceso a la información es limitado. Los gobiernos controlan los medios de comunicación y los periodistas son perseguidos y encarcelados por ejercer su labor. En otros países, aunque existe una prensa libre, hay presiones exteriores e interiores que intentan coartar su actividad, limitar su independencia y condicionar su información. Estas presiones pueden venir de empresas, grupos de poder, políticos, partidos, organizaciones internacionales o gobiernos extranjeros.
En este sentido, se hace necesario que el Estado, una vez garantizada la libertad de expresión y de prensa, implemente medidas y políticas públicas que permitan el desarrollo de medios de comunicación que garanticen la independencia y veracidad en el ejercicio de la profesión periodística.
La libertad de prensa no implica que los medios de comunicación estén exentos de responsabilidad. Por el contrario, es preciso que los medios actúen con rigor y seriedad en el tratamiento de la información y las opiniones emitidas. La libertad de prensa no significa impunidad, lo que debe existir es una responsabilidad ética y social en la difusión de la información.
Una medida que puede garantizar una libre prensa es la creación de medios públicos con independencia y garantía presupuestaria por parte del Estado. Esto permitiría un ambiente propicio para la práctica de una prensa libre, dado que hoy en día los medios son controlados en muchos casos por empresas privadas, lo que limita en ocasiones la independencia logrando una prensa subyugada a intereses empresariales y políticos.
Es necesaria también una adecuada formación de los periodistas, no sólo en conocimientos técnicos sino también en principios éticos y normativos que les permitan desempeñar su función con excelencia y responsabilidad. La creación de escuelas de periodismo, facultades, institutos y cátedras especializadas en periodismo contribuiría a la formación de profesionales idóneos para ejercer la actividad.
En momentos en que los medios de comunicación son considerados como el cuarto poder, y su influencia crece en las sociedades, la ética y la responsabilidad social son necesarias para que la información proporcionada sea de calidad, verídica y libre de intereses particulares. Los periodistas tienen una responsabilidad social con la ciudadanía, ya que su trabajo puede influir en las opiniones y decisiones de millones de personas.
La libertad de prensa no es un juego ni un tema que deba ser objeto de negociaciones. Es una obligación del Estado garantizar este derecho y una responsabilidad de los medios de comunicación ejercerlo con seriedad y objetividad. La libertad de prensa es una garantía para la democracia y una herramienta para el desarrollo social y económico de los países. Es un derecho fundamental que no puede ser negociado.